martes, 25 de octubre de 2011

Carlota

Cuando se está embarazada e incluso cuando se está pensando en tener un bebé, uno de los temas más habituales entre los futuros padres es el relativo al nombre que le pondrán.

Aunque las primeras propuestas suelen ser muy imaginativas, conforme se acerca el momento de la verdad la decisión empieza a tener la importancia que realmente merece y surgen dudas o algunos requisitos para intentar que el nombre sea el más adecuado.

Para nosotros había una serie de requisitos que considerábamos importantes:
  • Al vivir en un ambiente totalmente bilingüe catalán-castellano, el nombre debía ser de fácil adaptación en las dos lenguas (un nombre como Meritxell, aunque me parece precioso, puede degenerar en mil nombres en boca de aquellos que no lo saben pronunciar).
  • Que no estuviera claramente relacionado con un determinado nivel social (a mí los Kevin, Kilian, Borja o Cayetana me suenan a lo que me suenan...), y no me parece justo condicionarlos ya desde pequeños.
  • Que no tuviera una grafía tan poco convencional que le supusiera estar aclarándola siempre (¿Séfora se escribe con f o con ph como la tienda de maquillaje? ¿Y Alegra, con l o ll?).
  • Que de tan original casi nadie recordara su nombre o que de tan habitual siempre lo acompañaran con el apellido para distinguirlo de otros de sus compañeros.
  • Que no facilitase en exceso el poder hacer diminutivos o acortamientos (Pablito, Laurita, Adri o Javi).
  • Y finalmente, que concordase con los apellidos que va a llevar (¿o este era el requisito principal?).

Con todos estos requisitos y después de haber descartado muchos nombres que nos parecen preciosos pero que por una cosa u otra no cuadraban, nuestra niña se va a llamar Carlota.

Sabemos que es un nombre que no a todo el mundo le gusta (ni falta que hace!), pero a nosotros nos encanta y nos parece que no puede haber ningún otro mejor para nuestra peque.