martes, 5 de noviembre de 2013

CITA DE CHICAS

Carlota tiene ya 20 meses, y el verano anterior tuvimos nuestra primera experiencia de matronatación, es decir, natación para bebés, con un resultado muy positivo tanto para ella como para nosotros (sus papis).


Por ello decidimos apuntarla al cursillo que hacen durante el año en la piscina del CEM Sistrells, en Badalona. Después de saber que las plazas libres de su grupo eran solo 3 o 4, el papi de la criatura se armó de fuerza y se pegó un madrugón de aúpa para llegar de los primeros a la cola (a las 6 de la mañana!) y que su pequeñina no se quedara sin plazas. Y lo consiguió, vaya si lo consiguió!

Así que ahora todos los martes por la tarde tenemos nuestra “cita de chicas” y nos vamos a la piscina! Me supone comer en 5 minutos e incluso a veces ni como, pero está realmente genial tener nuestro ratito y después explicarle al papi todo lo que hemos hecho.

De entrada el objetivo que teníamos era que la peque poco a poco fuese teniendo una relación estrecha con el agua y que de cara al verano que viene, que ya tendrá 2 años y medio, en caso de que por accidente se cayera a una piscina, tuviese algo de soltura o al menos supiera mantenerse a flote durante unos segundos (obviamente no pensábamos en dejarla sin vigilancia!).

Después de 4 clases no estoy muy segura de si lo conseguiremos, pero lo que está claro es que de momento le vamos viendo otros beneficios a los que les habíamos dado menos importancia.

Carlota es muy observadora y precavida, de las que si no ve algo claro, no lo hace. Vaya, poco terremoto. Así que la primera clase fue de contacto; no hacía más que mirar a la profesora, al resto de niños, y a mí como diciendo, sí sí, ya sé que tengo que hacer no se qué, pero mira ese qué hace! El resto de clases ya han sido diferentes, poco a poco ha ido corriendo más riesgos y siguiendo más las indicaciones.

La relación que se crea entre nosotras también es muy bonita. En cuanto incorporan nuevos ejercicios y le falta decisión, ahí estoy yo para animarla a que lo haga y entonces se atreve, con cara de circunstancia y como diciendo lo hago porque tú me coges que sino... entonces se da cuenta de que sí, que lo puede hacer, que la voy a coger y que no ha de tener miedo, así que una prueba más superada!
 
Muchas veces veo en ella miedos o reparos que pude tener yo cuando era pequeña e intento ayudarla a que los supere y se sienta orgullosa de ello, porque no hay nada peor que un niño miedoso y una madre alertándole de mil y un peligros que pueden haber a su alrededor.
 
Así que cada “cita de chicas” en la piscina se espera como cada una de las citas de novietes en la adolescencia, en las que siempre descubres más aspectos del otro y vas creando una parcelita de espacio especial solo para dos.