Ayer me llevé una grata sorpresa al saber que Mario Vargas Llosa había sido distinguido con el Nobel de Literatura 2010 “por su cartografía de las estructuras del poder y sus mordaces imágenes sobre la resistencia, la revuelta y la derrota individual”, según la Academia sueca.
Nacido en Arequipa (Perú) el 28 de marzo de 1936, Mario Vargas Llosa, miembro de la Real Academia Española, atesoraba ya importantes galardones literarios como el Premio Cervantes, el Príncipe de Asturias, el PEN/Nabokov o el Grinzane Cavour.
Su trayectoria incluye clásicos de la literatura contemporánea como La ciudad y los perros, La casa verde o Conversación en La Catedral. Además, es conocido del gran público por Pantaleón y las visitadoras, La tía Julia y el escribidor, La guerra del fin del mundo y más recientemente por El paraíso en la otra esquina, La Fiesta del Chivo o Travesuras de la niña mala.
Su próxima novela, El sueño del celta, se publicará el próximo mes de noviembre; un apasionante relato novelesco sobre un personaje histórico, Roger Casement (1864-1916), que indagó la brutalidad del Gobierno de Leopoldo II de Bélgica durante la colonización del Congo y la violencia contra los recolectores de caucho en el Amazonas.
El próximo 10 de diciembre recibirá el premio (10 millones de coronas suecas, algo más de un millón de euros) de manos del rey de Suecia en el auditorio de Estocolmo.
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